Sabes que ha llegado la ola de calor cuando el termómetro se dispara, no pegas ojo por las noches y sientes que tienes que arrastrarte para ir de un lado a otro. Las altas temperaturas provocadas por la ola de calor, impactan directamente a tu salud, pero también a tu piel.
A nivel cutáneo, el calor afecta tu piel provocando deshidratación, sequedad, irritación e incluso envejecimiento prematuro. Es curioso que la mayoría de nosotros conocemos los efectos nocivos que el sol puede tener en nuestro cuerpo y sin embargo, no todo mundo es consciente de los efectos de las altas temperaturas en la piel.
¿Cómo afecta el calor a tu piel?
Numerosos estudios han demostrado que las temperaturas extremas pueden provocar una variedad de problemas relacionados con la piel. En este blog te contamos cuáles son los efectos del calor en tu piel y lo que puedes hacer para prevenirlos para que puedas seguir disfrutando del verano, luciendo una piel sana a pesar de una, dos o tres olas de calor.
El calor hace que tu piel se deshidrate
El cuerpo pierde más agua cuando las condiciones climáticas son extremadamente calurosas, especialmente nuestra piel ya que es la primera toma de contacto de nuestro cuerpo con el exterior. Como resultado, la deshidratación es un riesgo. Tu piel puede perder gran parte del contenido de humedad afectando a la firmeza de su estructura y a su textura.
Cuando la piel está deshidratada se siente seca e irritada, se cuartea, se ve opaca y desigual en tono y en color. En el rostro además, las líneas de expresión y las arrugas pueden volverse más evidentes. También es posible que se acentúen las ojeras en forma de desagradables círculos oscuros debajo de los ojos.
¿Cómo evitar que tu piel se deshidrate con el calor? Primero, debes reforzar el consumo de agua para equilibarar la humedad en tu organismo. Después, de forma más directa utiliza una crema humectante, por ejemplo con ácido hialurónico, para combatir la piel seca. También puedes recurrir a un tratamiento facial con un sérum o mascarilla hidratante para aliviar la sequedad, aportando un extra de hidratación.
Envejece más rápido la piel
Como consecuencia de la deshidratacíon de la piel, que ya anticipábamos en el punto anterior, va a dismir su elasticidad. No solo eso, la exposición al calor también aumenta la producción de proteínas que descomponen las fibras de colágeno y elastina, disminuyendo los niveles de antioxidantes y acelerando el proceso de envejecimiento de la piel. Como consecuencia tu piel se verá deteriorada y perderá su lustre.
Tu piel se vuelve más grasa
Otra forma en la que el calor afecta tu piel es esa sensación grasosa. Las glándulas sudoríparas se activan cuando sienten una subida de temperatura para refrescar el organismo. Es decir, tu piel crea aceite extra como resultado del calor. Si eres una persona con piel grasa, sabrás que el calor vuelve tu piel aún más grasa de lo normal.
El exceso de grasa en la piel, puede bloquear los poros y causar acné. Para evitarlo, mantén tu cara limpia lavándote con mayor frecuencia y escoge productos de skincare oil free.
Los poros de la piel se obstruyen
Las células muertas de la piel pueden acumularse con mayor frecuencia debido a la sequedad del ambiente causado por el calor. Como resultado, los poros se obstruyen no dejando respirar correctamente a tu piel e impidiendo que los productos de cuidado que utilices no accedan a sus capas más profundas.
Para ayudar a desbloquear los poros y limpiar la grasa acumulada utiliza exfoliantes que te ayuden a mantener la piel libre de células muertas y grasa acumulada.
Pueden aparecer manchas oscuras en tu piel (Hiperpigmentación)
La exposición al calor también puede provocar que aparezcan manchas oscuras en tu piel. A estas manchas se les conoce como hiperpigmentación. El calor puede afectar inmediatamente en la piel al ensanchar los vasos sanguíneos. Como resultado, la piel se inflama y produce una mayor cantidad de melanocitos y melanina. En resumen, tu piel puede producir manchas en reacción al calor elevado.
Irritación y erupciones en la piel
El calor afecta tu piel irritando y provocando erupciones. Lo que sucede es que la función de barrera de la piel puede verse debilitada por las altas temperaturas del verano, ocasionando irritación en su superficie. Además de ser visualmente desagradable, la irritación puede causar picazón e incomodidad.
Si detectas síntomas evidentes de irritación en la piel te recomendamos que acudas a tu médico para que pueda evaluarte un dermatólogo y aplicar el remedio correcto cuanto antes para que tu piel (y tú) sufra lo menos posible.
¿Qué hacer para proteger tu piel de la ola de calor?
Después de todo este drama te estarás preguntando cómo evitar que ocurra cualquiera de estos efectos en tu piel, y lo mejor es que es ¡muy sencillo! Con estos pequeños cambios en tu día a día conseguirás proteger tu piel de la ola de calor.
- Hidratación extra. No solo se trata de beber más agua, que debes hacerlo y de manera constante, también puedes variar tu alimentación tomando más alimentos ricos en agua (como gazpachos, lechuga, tomate, sandía, frutas cítricas…) para ayudar a tu organismo a mantener los niveles de hidratación en tu piel. Si el agua perdida no se repone, puedes sufrir sus consecuencias.
- Hidratación de nuevo, refuerza tu rutina de skincare con productos que mantengan tu piel húmeda. Escoge cremas más fluidas y menos grasas para estos días, además de resultarte más refrescantes y cómodas, con el calor, las cremas densas pueden tener el efecto contrario en tu piel ya que en vez de hidratarla podrían deshidratarla aumentando la sudoración.
- Evita salir a la calle o la actividad en exteriores durante las horas de mayores temperaturas. Parece evidente y nos lo dicen mucho en la televisión, pero evitando el contacto directo del calor puedes ahorrarte una arruga extra en tu piel o lo que es peor, un golpe de calor.
- Si vas a salir a la calle, hazlo con protección solar y complementos que te cubran del sol. Sus rayos en estos días son más dañinos y peligrosos.
- Refresca tu piel. Puedes ayudar a rebajar la temperatura de tu piel lavando tu cara varias veces al día con agua fría. No solo te aliviará del calor sino que activarás su circulación permitiendo que trabaje correctamente en todos sus procesos.
Ya ves que la clave está en ser consciente de lo que una de calor puede generar en tu piel y poner las medidas necesarias para evitarlo. ¡Prevenir mejor que curar! Y siguiendo estos consejos -que aunque parezcan simples son los más efectivos- podrás seguir disfrutando de tu verano y de la #vidafeten. ¡Que no puedan contigo estos calores infernales!